Cargos de asesinato revelan lesiones horribles cuando una madre es acusada de la muerte de su hijo de 20 meses en Minnesota
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Una madre de Moorhead fue acusada de asesinato tras la muerte de su hijo de 20 meses a principios de este mes.
Valerie Zamora, de 32 años, fue acusada de asesinato en segundo grado después de que su hijo, José, falleciera en el Centro Médico Sanford de Fargo el 15 de mayo, tras ser trasladado al hospital por Zamora.
La policía fue llamada poco después de la muerte de José, ya que su cuerpo presentaba signos de hematomas. Los detectives que llegaron al hospital observaron varios hematomas en todo el cuerpo de la víctima y que el abdomen del niño estaba distendido.

Una autopsia reveló posteriormente que la muerte del niño se debió a complicaciones de lesiones por objeto contundente debido a la agresión. José sufrió varios hematomas en el abdomen, la cabeza, la cara, la mandíbula/cuello, el pecho, el brazo, la espalda y las piernas. Presentaba perforación intestinal, hemorragias en el hígado y el páncreas, y fracturas costales en proceso de curación.
Al entrevistar a Zamora en el lugar de los hechos, esta declaró que su hijo se despertó la mañana del 15 de mayo vomitando. Después de darle Tylenol y Gatorade, el niño durmió prácticamente todo el día, pero notó que respiraba diferente y que no actuaba como siempre, según la acusación. Explicó los hematomas alegando que se le forman moretones con facilidad.
Zamora dijo que vive en una casa con José, sus otros dos hijos y una persona a la que se refiere la denuncia como DEP. Comentó que la noche del 15 de mayo, condujo hasta Walmart en Dilworth con el DEP para comprar Pedialyte para su hijo, pero mientras estaba en la tienda, el DEP entró y le dijo que José estaba vomitando sangre, momento en el que corrió al hospital.

Sin embargo, la denuncia indica que la versión de Zamora comenzó a cambiar respecto a lo enfermo que había estado antes de su llegada al hospital, afirmando que los vómitos habían comenzado un día antes y habían empeorado progresivamente, hasta el punto de vomitar una sustancia negra u oscura.
Afirma haberle dicho al DEP que debían llevar al niño al hospital, pero no buscó atención médica hasta que llegó al Walmart.
La policía habló con varios vecinos, amigos y los otros dos hijos de Zamora, quienes dijeron haber visto al niño el 15 de mayo y que le habían dicho a Zamora que debía llevarlo al hospital, y que luego le habían pedido que llamara una ambulancia.
Uno de sus hijos declaró a la policía que, al llegar a casa de la escuela, "inmediatamente notó" que su hermano menor necesitaba atención médica, y le dijo a Zamora que lo llevara al hospital, alegando que "le costaba respirar y tenía frío".

La niña declaró a la policía que le preocupaba que su hermano muriera en sus brazos.
Cuando fue entrevistada cuatro días después de la muerte de su hijo, la cronología de Zamora sobre los eventos que llevaron a la muerte seguía cambiando, según la denuncia.
La acusada insistió en que no lastimó a la víctima; sin embargo, admitió que inicialmente no lo llevó a recibir atención médica porque, según ella, se trataba de una 'negligencia evidente' y temía que los servicios sociales le quitaran a sus hijos.
Las notas del personal médico del hospital indican que, cuando la víctima fue llevada al vestíbulo, estaba pálida, sudorosa, fría y sin pulso.

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