Bacterias tóxicas y potencialmente mortales se pueden encontrar ahora en lagos de Minnesota
- Noticias MN

- 21 jul
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El verano significa temperaturas agradables y cálidas, y mucha gente disfrutando de los lagos de Minnesota.
Antes de salir, hay medidas básicas que se deben tomar para mantenerse a salvo, como usar protector solar para prevenir el cáncer de piel, seguir las pautas básicas de seguridad acuática para evitar accidentes, y más.
Sin embargo, también existe un riesgo ambiental que quizás no se considere, pero que es crucial conocer, especialmente si se tienen niños y mascotas, ya que puede causar enfermedades graves e incluso la muerte.

Cuidado con las bacterias potencialmente mortales en los lagos de Minnesota
Las algas verdeazuladas, técnicamente conocidas como cianobacterias, son organismos microscópicos que existen de forma natural en agua dulce, salobre y ambientes marinos.
Según el DNR, las algas verdeazuladas, que en realidad son un tipo de bacteria, se pueden encontrar en cualquier momento en los cuerpos de agua de Minnesota, pero se encuentran principalmente desde mediados de junio hasta finales de septiembre, con su temporada alta de floración en julio y agosto, cuando las aguas están más cálidas.
Cuando las condiciones ambientales son óptimas, las algas verdeazuladas pueden proliferar y formar acumulaciones visibles llamadas "floraciones". Las floraciones planctónicas de algas verdeazuladas flotan en la superficie y forman espumas, una sustancia similar a la pintura, o agua con una consistencia pastosa que contiene miles de millones de partículas diminutas.
Las algas verdeazuladas pueden producir diversas toxinas. La exposición a estas toxinas es posible a través del contacto con la piel al nadar, por inhalación al realizar actividades recreativas como navegar, andar en moto acuática o esquiar en el agua, o por ingestión de agua contaminada.

Los tipos de toxinas y sus posibles efectos sobre la salud incluyen los siguientes:
Dermatotoxinas y toxinas gastrointestinales: Estas toxinas afectan la piel y las membranas mucosas, y pueden causar reacciones alérgicas como erupciones cutáneas, irritación de ojos, nariz y garganta, asma, así como dolores de cabeza, fiebre y gastroenteritis (náuseas, calambres estomacales, vómitos y diarrea). Hepatotoxinas: Estas toxinas afectan el hígado y otros órganos internos, y pueden causar gastroenteritis, daño tisular, debilidad muscular, parálisis e insuficiencia respiratoria (con exposición aguda), tumores y posiblemente cáncer de hígado (con exposición crónica a largo plazo).
Citotoxinas: Estas toxinas también afectan el hígado y otros órganos (aunque a través de un mecanismo de acción diferente al de las hepatotoxinas) y pueden causar malestar general, dolor de cabeza, anorexia, vómitos, pérdida de cromosomas, rotura de la cadena de ADN y daño a los órganos.
Neurotoxinas: Estas toxinas afectan el sistema nervioso central y pueden causar convulsiones, parálisis, insuficiencia respiratoria o paro cardíaco.































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